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TELECOMUNICACIONES SATELITALES | |||||||||
by Miriam Guadalupe Cruz Jiménez | ||||||||||
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ARCHIVO FOTOGRAFICO |
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Durante las diversas etapas de su lanzamiento y transferencia de órbita, el satélite se enfrenta a vibraciones, aceleraciones, esfuerzos aerodinámicos, fuerzas centrífugas, empujes de los propulsores y esfuerzos mecánicos -cada vez que se desprende alguna etapa del cohete que lo trasporta, o de él mismo-. Cuando llega a su posisción orbial final, el stélite se ve afectado por impactos de micrometeroritos, presiones de radiación de las antenas, fuerzas de atracción de la Tierra, la Luna y el Sol, y empujes generados por su propio subsistema de propulsión. En consecuencia, tanto la estructura del satélite como cada una de las demás partes que lo componen deben ser diseñadas para que soporten esas condiciones durante la colocación en órbita y el tiempo esperado de vida. Los diseñadores de satélites tienen a su alacance una diversidad de materiales para fabricar la estructura, así como muchos conceptos geométricos derivados de la experiencia obtenida en aeronáutica e ingeniería aeroespacial a través de los años. Los materiales más comunes para este fin son aluminio, magnesio, titanio, el berilio es el más caro, y por lo tanto su utilizasión es limitada. Dependiendo del diseño (número y forma de las antenas, tipo de estabilización, número y potencia de los amplificadores, etc.) la masa de la estructura puede variar entre 10 y 20% del total de la masa del satélite; una buena parte de esa estructura (los cilindros o las paredes de la caja, segun el caso) se fabrica con "panal de abeja" de aluminio, por su ligereza y rigidez excelentes. |